martes, 20 de julio de 2010

Los cruces de cortesía, ¿van en serio?

Los denominados “cruces de cortesía” aplicados por la policía preventiva del DF desde hace una semana parecen una buena idea.

Aunque de entrada el plan se escuchaba exagerado, demasiado publicitado y hasta extraño –eso de poner en los cruceros un círculo que te invitaban hasta a tomarle fotos desde un helicóptero para difundirlo en los medios de comunicación, era demasiado-, ya entendiéndolo bien es una buena medida para mejorar la civilidad, el cumplimiento de la legalidad y el regreso de los buenos hábitos.


Digamos, en síntesis, que el programa pretende reeducar a tantos capitalinos que se pasan la luz amarilla valiéndoles gorro, principalmente, el peatón.


El primer día hubo 150 infraccionados y se lograron acumular más de 80 mil pesos en multas, considerando que quien viole los “cruces de cortesía” debe pagar 10 salarios mínimos.


El tercer día fueron 600 los que quedaron atrapados en esos círculos blancos con rojo. Y eso que ni hubo la suficiente presencia policiaca en estos lugares y que estamos hablando solamente de 150 cruceros.


La idea es que haya más, pero parece que ya tenemos problemas: la SSP capitalina ya no ha dado información y varios de estos cruces, considerados como conflictivos, ya no cuentan con agentes que estén al tanto de que no se viole el programa.

¿Entonces qué?, ¿les interesa o no?, ¿será un plan en serio o es una llamaradita de petate? Estas buenas ideas debemos impulsarlas y sobre todo, nosotros como ciudadanos, tendremos que hacer conciencia de que hay que respetar las señalizaciones de los semáforos al máximo y, sobre todo, tener un mayor respeto para el peatón, que muchas veces se queda en una avenida sin paso cebra disponible, porque los señores automovilistas están sobre él.


Pidámosle a la policía que ponga realmente a trabajar fuerte a sus agentes de tránsito y que vaya incrementando la presencia de “cruces de cortesía”. Parece que es un plan que vale la pena.


Por cierto, ¿el dinero de las multas por este programa a qué se destinará? Creo que es válido que hagamos propuestas.

jueves, 8 de julio de 2010

Alerta mexiquense

El flamante procurador mexiquense, Alfredo Castillo Cervantes, habla de que se destinará el mayor número de recursos humanos y materiales a perseguir delitos “de alto impacto”; es decir, aquellos relacionados con el narcotráfico, el secuestro y en general los que tienen que ver con la delincuencia organizada.

La medida suena bien, pareciera que es una buena intención en medio de la creciente violencia en el Estado de México, en especial en algunos municipios con altos recursos económicos. Sin embargo, deberá más bien preocuparnos que esto parezca, mejor dicho, a una alerta al futuro que nos depara.

El plan es que los delitos menores sean atendidos a través de métodos de justicia alternativa, como es la mediación y la negociación; o sea, que si a alguno de nosotros nos “chocan” nuestro vehículo, “nos arreglemos” por la buena con el presunto responsable antes de llegar a presentar una denuncia penal ante el Ministerio Público.

Esto ahorrará trabajo a la autoridad ministerial que entonces se encargará de atender casos que generan violencia como el narcomenudeo o las extorsiones a comerciantes por derecho de piso.

Una de las preguntas que surgen es, ¿tendrán que tipificarse nuevos delitos que antes no existían y que ahora son signo de preocupación?

Otra más: ¿y la autoridad federal no puede contenerlos a través del combate a los delitos de delincuencia organizada?

El caso es que el procurador Castillo ya puso una alerta que por lo menos demuestra que en la entidad hay preocupación. Los ejemplos del panorama que se vive son muy claros: casas de seguridad de secuestradores y narcos, ejecuciones múltiples, matanzas en lugares públicos, escondites de importantes cabecillas del crimen organizado, entre otras aparentemente nuevas calamidades.

Eso es el Estado de México y el área metropolitana hablando de cuestiones delictivas y una disminución a estas graves situaciones no parece vislumbrarse en el corto plazo.

¿Tendremos que aplaudir entonces la medida del sucesor de Alberto Bazbaz? Porque si bien es un noble acto de previsión, ¿dónde quedaremos los ciudadanos comunes que sufrimos con delitos que para la autoridad son más pequeños pero que afectan a nuestra persona o a nuestro patrimonio.

La negociación, si bien es una moderna medida de la justicia, significa que tendremos que solucionar nuestros “pequeños” problemas por nosotros mismos. Se escucha complicano, ¿no les parece?