miércoles, 30 de septiembre de 2009

Los pendientes del procurador


Arturo Chávez Chávez, el nuevo titular de la Procuraduría General de la República (PGR), tiene una larga lista de pendientes y cuentas que deberá ir entregando durante su gestión, los cuales son en su mayoría heredados.

Si bien los señalamientos iniciales que hubo en su contra fueron por su actitud y mediocres resultados frente a los crímenes de mujeres en Ciudad Juárez, hoy debe voltear hacia los nuevos retos y tratar de por lo menos quitarse de encima aquel pesado estigma entregando acciones favorables. Entre esos pendientes consideremos como prioridad aquellos que nos deben entregar de manera directa a los ciudadanos comunes, como el fortalecimiento del área de Prevención del Delito de la dependencia a su cargo, que prácticamente nadie conoce ni sabe para qué sirve.

Paralelamente, Chávez debe trabajar en la difusión de sus programas de denuncia anónima, pues la gente sigue con miedo de proporcionar datos de delincuentes y delitos e ignora que la PGR cuenta con áreas especiales de recepción de denuncias, o bueno, hasta ahí nos habíamos quedados. ¿Y por qué de entre las instituciones dedicadas a la seguridad y a la justicia es importante el trabajo ciudadano de esta dependencia federal? La respuesta es que ellos, los servidores públicos de la PGR, son los responsables,por ejemplo, de investigar los secuestros cometidos por grupos organizados y la infiltración del narcotráfico en todas las esferas sociales.

El DF y el Estado de México, en especial esta segunda entidad, presentan altos índices en la comisión de esas dos conductas, fundamentalmente por lo recurrente de ajustes de cuentas con violencia extrema, presencia de casas de seguridad, operaciones financieras en las que se comete lavado de dinero o el riesgo del secuestro de cualquier vecino de Tecamachalco, Polanco, Satélite o cualquiera de nuestras comunidades.

Otro gran pendiente de Chávez Chávez, para que vaya midiendo cómo lo aborda, es la consolidación de su nueva Policía Federal Ministerial, que viene siendo lo que antes se conocía como la AFI, creada y destruida por el actual secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

La nueva corporación deberá demostrar que no es corrupta ni está infiltrada por el narco, que sabe negociar en secuestros con éxito, que es capaz de realizar investigaciones efectivas para atrapar y desmembrar a los grupos del crimen organizado, que es capaz de elaborar verdaderas investigaciones ministeriales para adelantarse a las acciones de los criminales y que no cuenta con las flaquezas de otras corporaciones federales.

Un pendiente más es por el que mañana un grupo de civiles protestará frente a las oficinas del nuevo e impugnadísimo procurador, en Reforma 211. Es un asunto serio: los homicidios contra periodistas que la Fiscalía Especial (dependiente de la PGR) no ha resuelto y ni siquiera sabe cómo abordar. Entre las excusas recurrentes en esta fiscalía para excusarse y no intervenir están el hecho de que, por ejemplo, entre 2007 y 2008, de los 25 crímenes contra los profesionales de la comunicación, sólo tres fueron en el ejercicio de su trabajo. Un fácil deslinde, ¿no?

Y por supuesto, la lista de asesinatos contra periodistas que la PGR debe investigar y resolver se sigue engrosando con el ataque de Norberto Miranda Madrid en plena redacción del periódico digital Radio Visión en Casas Grandes, Chihuahua. Pongamos la lupa en este tema durante las próximas semanas. Vaya trabajo el del nuevo procurador, pero será interesante revisarlo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La línea entre la solidaridad y el miedo


Las opiniones en la calle y los comentarios en los blogs a la noticia de Luis Felipe Hernández Castillo, asesino del metro, son como muchos temas, polarizados.

Ellos se refieren principalmente a la parte que más se difundió y sobre la que los medios de comunicación hicieron más comentarios para enaltecer la figura de un “héroe” ciudadano: el momento en el que un civil, Esteban Cervantes Barrera, se enfrentó con el “loco” armado y en su intento por contenerlo, murió a balazos.

Tras un despliegue informativo en el que se mostró incluso el video en el que detalladamente se pudo observar cómo ocurrió el crimen, las voces del teleadutorio, de vecinos, de oficinistas, de amas de casa y de estudiantes fue de coraje, pues cómo es posible que nadie de entre los cientos de pasajeros de un convoy del metro lleno, se haya acercado para también someter al criminal.

Los blogs dan cuenta de ello. Comentarios como “qué poca sensibilidad”, “¿por qué nadie se acercó a ayudar a este pobre señor?” o “¿en qué nos hemos convertido?” pulularon en las páginas electrónicas de diarios como Reforma y El Universal, en las que la crítica a la pasividad ciudadana fue enorme.

La escena tomada por las cámaras del metro es clara. Los vagones del tren estacionado en la estación Balderas estaban repletos, era hora pico, pero absolutamente nadie salió a “poner orden” y echarle la mano a quien más tarde se supo que era soldador y que vivía en una de las zonas más pobres de la metrópoli: Valle de Chalco.

Ese trabajador, Esteban Cervantes, cual policía, fue el único que trató de contener al hombre que acababa de matar a un agente policiaco real tras llamarle la atención por realizar unas pintas de protesta en las instalaciones del transporte público.

“No hubo solidaridad”, fue el comentario en las calles, haciendo eco a los mensajes de los blogs.

Pero en corto, platicando en casa o con los amigos, y de pronto tímidamente a través de esos mismos espacios por Internet, comenzó a surgir otra postura diferente de los ciudadanos. ¿Quizá más razonada?

“Este hombre se quiso hacer héroe, ¿para qué?”, comentó Leticia R. “¿Estaríamos dispuestos a perder la vida por un asunto de solidaridad?”, completó en un espacio digital la misma persona.

Por ahí apareció un “qué tonto es este señor, ¿nunca pensó en sus hijos?”, o la pregunta de “¿un héroe para qué, para defender a quién?”

Total, nadie está contento.

Pero lo cierto es que este ejemplo debe trasladarse a cualquier otro caso en el que nosotros, que hemos insistido en la acción ciudadana en el tema de seguridad, nos enfrentemos en la vida real.

¿Hasta qué punto seremos capaces de ayudar si vemos un asalto o una agresión a golpes?

¿Es nuestra obligación intervenir físicamente para tratar de someter a quien agrede a otro ciudadano?

¿Se ve mal que demos la vuelta a la esquina cuando observemos que hay una víctima de la delincuencia?

¿Somos malos ciudadanos si nos hacemos los desentendidos ante situaciones de este tipo?

¿Y si en lugar de intervenir directamente buscamos alguna opción como llamar a la Policía?

Nuestro deber y responsabilidad civiles son muy grandes, pero un tema tan brutal como el del asesino del metro nos debe hacer pensar qué papel podemos jugar si nos toca ser testigos.

¿Tú qué hubieras hecho en el lugar del señor Esteban Cervantes?

jueves, 17 de septiembre de 2009

Mujeres, ¿un respiro?

En medio de las historias de policías corruptos, de la vinculación de servidores públicos con el narco y de los cada vez más frecuentes ajustes de cuentas contra elementos del orden, la noticia de que las mujeres hoy estén más involucradas en asuntos de seguridad pública, justicia y Fuerzas Armadas puede resultar un respiro.

De entrada, hoy tienen más responsabilidades, algunas inéditas, lo que permitirá que empiecen a trabajar desde cero y que traten de ser un ejemplo para cada día ganar más espacios o por lo menos afianzar los ya conseguidos.

Si detectamos entonces que una comandante de vialidad no recibe dinero de un infractor, que una jefa antisecuestros logra coordinar bien un operativo y que una mujer de la Policía Federal se mantiene lejos de las tentaciones del narcotráfico, los ciudadanos comprobaremos que más que avanzar en cuestiones de cuota de género, contaremos con una pequeña esperanza de que sí se puede trabajar contra todos esos males de las corporaciones y las instituciones.

Dejando a un lado el vergonzoso caso de la comandante de la Policía Federal, Lorena González –aparentemente más atribuible a la podredumbre generalizada que existe en la dependencia federal-, acusada de coordinar el secuestro del joven Fernando Martí, podemos revisar los más recientes anuncios de la participación femenina, que con bombo y platillo se han realizado en recientes fechas.

Tomando esos ejemplos puede ser el momento de empezar a evaluar el trabajo de estas mujeres mexicanas en las distintas áreas. Pongamos la lupa en dos de estos sectores de gobierno donde se dieron las últimas noticias.

En las Fuerzas Armadas. El hecho simbólico es que por primera vez en la historia, el desfile militar del 16 de Septiembre fue abierto por mujeres, pero la acción real es que ellas ya pueden presentar exámenes para ingresar a algunos cuerpos como la Infantería de Marina o la Escuela Naval de Aviación.

En la conmemoración de ayer en el Zócalo se pudo ya observar a las primeras militares enroladas, quienes deberán mostrar resultados en estas corporaciones que a partir del gobierno de Felipe Calderón fueron revaloradas en el combate al crimen organizado.

Paralelamente, la cadete Andrea Cruz se convirtió en la primera mujer piloto aviador del Ejército en nuestro país.

Y en la Policía Judicial del DF. María del Carmen Núñez Pérez será quien encabece el proceso de depuración de la Judicial capitalina, en plena transformación a Policía Investigadora, al ser designada directora del Estado Mayor de esta corporación.

Tomado estos importantes ejemplos, vayamos tomando nota y comentemos, será interesante.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Valle Dorado

Hemos hablado en este espacio de diversos y algunos muy graves problemas de seguridad pública. Del secuestro, de la peligrosidad que sufre nuestro entorno por el combate al narcotráfico, de lo responsables que son las autoridades de cuidarnos o de las acciones que podemos emprender como ciudadanos para sentirnos más seguros en la calle y en la casa.

Sin embargo, hay otro tema vinculado con la seguridad y que no está relacionado con la actuación de delincuentes e infractores de la ley que nos acechan. Es el problema de un enemigo también inesperado, a veces cruento, implacable: la naturaleza y los siniestros que a veces ocurren por causas distintas, como los incendios, y que de pronto nos toman de sorpresa, vulnerables y sin haber tomado las medidas de prevención que posteriormente descubrimos que eran fundamentales.

Hoy los vecinos de Valle Dorado, en Tlalnepantla, ven con alivio que después de la tromba, la ruptura del canal de aguas negras y la pesadilla de observar flotando muebles y pertenencias muy queridas, la emergencia casi ya pasó.

No ha quedado superada del todo porque hay que invertir en recuperación de bienes, en reparaciones, en compra de aditamentos para reinstalar negocios, en compostura de vehículos. Para algunos el alivio está más lejos porque perdieron a un ser querido o porque ahora tienen miedo a enfrentarse a alguna enfermedad infecciosa.

Estos vecinos de Valle Dorado también lo reconocen en las calles: hoy se dan de topes porque independientemente del desastre natural, de la negligencia de sus autoridades y constructoras durante años y de lo que puede ocasionar un brusco cambio climático en una metrópoli con tantos puntos flacos, ellos como responsables de su patrimonio pudieron llevar a cabo alguna acción preventiva.

Después de la limpieza que realizan con cloro, mucha agua limpia y escobas que se están acabando por el uso, los colonos en las calles de San Juan o Caracas y en el Bulevard de los Continentes, hacen una lista de lo que en adelante harán y que recomiendan a cualquier otro vecino en la ciudad, pues ya se vio que nadie está exento de sufrir la pérdida de las cosas que más quiere, ni los fraccionamientos de clase media:

1. Asegurar sus viviendas contra desastres naturales –y otras cosas-, pues hace 40 años que se entregaron estas casas, nadie pensó en una contingencia de este tipo.

2. Tomar conciencia, en la próxima compra de una vivienda, del tipo de uso de suelo y probables riesgos al escoger un lugar permanente para vivir. Algunos habitantes caminaban diario por los camellones cubiertos de pasto y no tuvieron presente que debajo de uno de ellos había un gran tubo que podía explotar durante un aguacero.

3. Mantener siempre vigente el seguro del auto y ya se vio que no sólo ante la probabilidad de un robo o de un accidente vehicular.

4. Mantener frecuente contacto entre los familiares que están en casa y los que están en la calle, así como mantener contacto con el mayor número de vecinos para ayudarse entre sí.

5. Asegurar cada máquina, cada mueble y cada instrumento de un negocio. La zona comercial de Valle Dorado padeció inundaciones de aguas negras de casi dos metros y uno de los casos más lamentables es el de una conocida panadería que tenía sus hornos en el sótano.

6. Mantener un contacto permanente con el mayor número de autoridades de seguridad e incluso apoyarse en vigilantes. Después de la tormenta, los colonos pidieron ayuda ante el miedo de actos de rapiña.

7. No confiarse y exigir constantemente a las autoridades que mantengan lo mejor posible la infraestructura del drenaje, la reparación de las calles y el monitoreo de los colectores.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

A recomponer

A pocos días de asumir cargos, los nuevos presidentes en el Estado de México se han dado cuenta de las calamidades heredadas de sus antecesores, principalmente en materia de corrupción, seguridad pública y justicia.

Echemos un vistazo a lo que los nuevos ediles y sus gabinetes se están enfrentando, asuntos que muy seguramente deberán recomponer.

En Naucalpan, por ejemplo, más de mil policías municipales tienen sus licencias de portación de arma de fuego vencidas o simplemente no las tienen; el municipio viene arrastrando una inexplicable deuda que asciende a mil millones de pesos, y para colmo, el Cuerpo de Bomberos opera con pésimo equipo, salarios irrisorios y cn vehículos descompuestos y viejos.

Cuautitlán Izcalli debe subsanar un adeudo de 2 mil millones de pesos que se ha visto reflejado en la falta de pago a empleados municipales, quienes ya comenzaron a realizar actos públicos de protesta.

Huixquilucan enfrenta serios rezagos en programas de seguridad impulsados por las autoridades. Digamos que los vecinos prácticamente se han visto orillados a pagarse y garantizarse un clima de seguridad adecuado.

Esto no es privativo de nuestras colonias de la zona poniente. En el oriente, el gobierno municipal de Nezahualcóyotl está trabajando a marchas forzadas en la revisión de plazas de policías pues se detectó que el anterior gobierno perredista otorgó ascensos a amigos y compadres. Como cereza en el pastel, los uniformados trabajan con chalecos antibalas agujerados y semidestruidos, con patrullas a las que todo les falla y con armas obsoletas y descompuestas.

Más al norte, en Ecatepec, el municipio más poblado del país, se detecgtó un verdadero caos en los niveles y tabuladores de las estructuras de gobierno, al grado de que existen 87 distintos tipos de plazas para secretarias, quienes lógicamente cuentan con sueldos que difieren diariamente unos de otros.

Si le rascamos un poco a Tlalnepantla, Atizapán o Toluca, podremos observar casos similares.

Mientras tanto, tendremos que hacer seguimientos a los primeros casos documentados, como los ya expuestos, para verificar que haya sanciones y se deslinden responsabilidades. ¿Será esto posible? Quizá sí, y esa podrá ser una ventaja de que varias localidades hayan cambiado de partido.
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