jueves, 8 de julio de 2010

Alerta mexiquense

El flamante procurador mexiquense, Alfredo Castillo Cervantes, habla de que se destinará el mayor número de recursos humanos y materiales a perseguir delitos “de alto impacto”; es decir, aquellos relacionados con el narcotráfico, el secuestro y en general los que tienen que ver con la delincuencia organizada.

La medida suena bien, pareciera que es una buena intención en medio de la creciente violencia en el Estado de México, en especial en algunos municipios con altos recursos económicos. Sin embargo, deberá más bien preocuparnos que esto parezca, mejor dicho, a una alerta al futuro que nos depara.

El plan es que los delitos menores sean atendidos a través de métodos de justicia alternativa, como es la mediación y la negociación; o sea, que si a alguno de nosotros nos “chocan” nuestro vehículo, “nos arreglemos” por la buena con el presunto responsable antes de llegar a presentar una denuncia penal ante el Ministerio Público.

Esto ahorrará trabajo a la autoridad ministerial que entonces se encargará de atender casos que generan violencia como el narcomenudeo o las extorsiones a comerciantes por derecho de piso.

Una de las preguntas que surgen es, ¿tendrán que tipificarse nuevos delitos que antes no existían y que ahora son signo de preocupación?

Otra más: ¿y la autoridad federal no puede contenerlos a través del combate a los delitos de delincuencia organizada?

El caso es que el procurador Castillo ya puso una alerta que por lo menos demuestra que en la entidad hay preocupación. Los ejemplos del panorama que se vive son muy claros: casas de seguridad de secuestradores y narcos, ejecuciones múltiples, matanzas en lugares públicos, escondites de importantes cabecillas del crimen organizado, entre otras aparentemente nuevas calamidades.

Eso es el Estado de México y el área metropolitana hablando de cuestiones delictivas y una disminución a estas graves situaciones no parece vislumbrarse en el corto plazo.

¿Tendremos que aplaudir entonces la medida del sucesor de Alberto Bazbaz? Porque si bien es un noble acto de previsión, ¿dónde quedaremos los ciudadanos comunes que sufrimos con delitos que para la autoridad son más pequeños pero que afectan a nuestra persona o a nuestro patrimonio.

La negociación, si bien es una moderna medida de la justicia, significa que tendremos que solucionar nuestros “pequeños” problemas por nosotros mismos. Se escucha complicano, ¿no les parece?

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