miércoles, 28 de abril de 2010

Las desgracias de Huixquilucan

¿Por qué es conocido Huixquilucan?
  1. Ahí agarraron a José Gerardo Álvarez, “El Indio”, de los Beltrán Leyva.
  2. Ahí murió la niña Paulette en circunstancias aún misteriosas.
  3. Ahí mataron a Enrique Salinas de Gortari.

Uno de los territorios de mayor plusvalía en el Estado de México ya está demasiado manchado por asuntos de inseguridad, de violencia y de actos ilícitos que no son comunes en el área metropolitana.

¿Cómo evitar que sigan ocurriendo “cosas” en este municipio? Si revisamos, ninguno de los tres asuntos tiene que ver propiamente con inseguridad en la que aparentemente corramos peligro.

Son más bien casos que hablan de descomposición social y de penetración del crimen organizado. Es decir, podemos ver que Huixquilucan tiene dos problemas graves que resolver y no es sólo asunto de la autoridad, sino de sus habitantes y de sus comunidades.

La autoridad tendrá que revisar por qué en este conjunto de colonias residenciales se ocultan, negocian, tienen sus casas de seguridad y permanecen los capos de la droga. Cuando hablamos de “El Indio”, estamos refiriéndonos a un cercano colaborador de Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, y no a cualquier narquito.

Los habitantes del municipio deberán tener una vida más armoniosa, resolver sus problemas familiares y tratar de hacer conciencia de que hay que quererse padres e hijos, pues aunque suene cursi, la descomposición social parece que es un tema real y frecuente en ciertos estratos sociales.

Las comunidades deben denunciar, acercarse a su policía, decir –aunque sea anónimamente- cuando noten algo raro, cuando algún personaje les cause sospecha en la zona y cuando los vecinos se sientan inseguros.

Para recuperar Huixquilucan y que sea una zona de la que no surjan escándalos e historias tan terroríficas hay que pensar en muchas ideas. No es justo que los vecinos del municipio se vean o sientan marcados por estos temas negativos.

El Estado de México, sabemos, es líder en diversas cuestiones de inseguridad y de violencia, y posiblemente algunas de sus zonas brinquen al escenario mediático por cuestiones de escándalo vinculadas con el delito. No le hagamos la tarea al procurador Alberto Bazbaz ni a los funcionarios de seguridad y de justicia, pero mantengamos a la entidad con una mejor imagen.

Cada quien que haga lo suyo. A nosotros nos corresponde levantar la voz y actuar.

miércoles, 21 de abril de 2010

Dos policías malas


Las autoridades de justicia y seguridad de los distintos niveles de gobierno insisten en no coordinarse, en trabajar a la buena de Dios y en cada una querer dar golpes mediáticos que la posicionen como la mejor.

Este es un ejemplo, no nuevo, de la información que por su cuenta han dado la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) sobre el caso Martí, que sigue dando de qué hablar pese al tiempo transcurrido.

De la nada ahora salió María Elena Ontiveros Mendoza, agente antinarcóticos, que según la dependencia federal fue la mujer policía que participó en el retén en el que secuestraron al joven Fernando Martí.

Esto quiere decir que Lorena González, ya presa y procesada por acusaciones de la Procuraduría capitalina, no tuvo nada que ver pese a las reiteradas acusaciones del chofer de la joven víctima, Christian Salmones.

Evidentemente que el procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, no sabía nada y se enteró hasta que los reporteros le preguntaron. Claro, las dos dependencias trabajan sin avisarse nada pese a los rimbombantes convenios que dan a conocer sobre coordinación institucional.

Lo peor del caso es que es que es la segunda vez que ocurre con el mismo asunto Martí. Ya antes la SSP federal había desvirtuado a la PGJDF diciendo que la banda secuestradora y asesina era la de “Los Petriciolet” y no la de “La Flor”, esta última presentada y detenida por la Procuraduría capitalina.

El escándalo de la falta de coordinación llevó a los titulares de ambas dependencias a dar explicaciones para suavizar el golpe y mostrar que dizque sí trabajan en conjunto. Nadie les creyó y Miguel Ángel Mancera quedó como fabricante de delincuentes y mentiroso.

Hoy, al parecer, se revierte el escenario y quienes están quedando en ridículo parecen ser los de la dependencia federal.

Ya lo vimos con el procurador Alberto Bazbaz y el caso de la pequeña Paulette y ahora con estas dependencias. Hay mucha hambre de destacar en los medios con la presentación de detenidos y de investigaciones pero sin cuidar los frentes, al aventón y dejando mucho que desear.

¿Tú a quiénes les crees?

martes, 13 de abril de 2010

La figura de Bazbaz


Ahora resulta que Alberto Bazbaz fue puesto por “palancas” como procurador del Estado de México y que es amigo de Carlos Salinas.

El teatro del caso Paulette ahora tiene como blanco al titular de la Procuraduría, a quien ahora los medios bsuscan desprestigiar y para ello ya están ventilando antecedentes de un mal trabajo, incluyendo investigaciones sobre ejecuciones en la entidad mexiquense.

También se dice que por hoy es la piedrita en el zapato del gobernador Enrique Peña Nieto en sus aspiraciones presidenciales para 2012, que esta investigación le va a hacer mucho ruido a su imagen. ¿Será?

Muy probablemente sea cierto y quizá haya los elementos para hacer estas acusaciones. Estamos de acuerdo en que debemos ser vigilantes del trabajo de nuestras autoridades.

¿Pero no se les hace como que al agotarse el tema se buscan culpables y subtemitas para seguir hablando del asunto y mantenerlo en el interés de la opinión pública? Sobre todo cuando hablamos de un asunto tan vendible como es el de la niña Paulette, cuyo esclarecimiento se ve complicado, por cualquier ángulo que quiera tratarse.

Es más válido, creo, que efectivamente califiquemos el trabajo del señor Bazbaz Sacal pero no desde los grandes asuntos mediáticos y escandalosos, sino desde donde nos puede afectar más directamente.

Es decir, platiquemos de cómo nos han tratado en el Ministerio Público mexiquense, de cómo son los agentes judiciales (¿alguien recuerda como se les llama en el Estado de México?) y cuántas horas tardamos en presentar una denuncia.

Ahí es donde podemos ver, en la práctica, si el trabajo del procurador es bueno, efectivo y nos es de ayuda a los miembros de las distintas comunidades. Revisemos cómo están las agencias, si su personal no te atiende por estar comiéndose una torta, si hay que esperar horas o si el judicial te cuestiona tanto que terminas por retirar tu denuncia.

Dicen que, por ejemplo, en el DF, las denuncias virtuales son todo un éxito y eso habla muy bien del procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera.

¿Bazbaz tendrá algún plan o programa que se le aplauda? Revisemos.

jueves, 8 de abril de 2010

Lissette Farah


Hablábamos hace una semana del circo en el que se convirtió el caso Paulette y quizá sea un asunto que seriamente investiga la Procuraduría General de Justicia del Estado de México.

Muy seguramente también ha cambiado el rumbo de vida de mucha gente y ha causado dolores incomparables entre los seres queridos y cercanos a la niña.


Es todo muy respetable y se trata de un caso que en lo personal hubiera manejado mediáticamente con mayor discreción justamente por respeto a las personas afectadas directamente. No es un circo en el que hay que exponer en horario triple “A” una historia de la vida real en la que hay otra menor que tiene un futuro.

Lo más terrible, creo, es el blanco en el que han convertido a Lissette Farah, la madre de Paulette, inculpándola, queriendo hacerla que caiga en contradicciones, intentando por todos los medios hacerla llorar.

Un ejemplo es la entrevista que le hizo Adela Micha. Por qué insistir en preguntas como ¿qué sentiste?, ¿no piensas hacer algo más?, ¿cómo que no te acuerdas?

Da rabia ver cómo la mujer no se levantó y se retiró de la entrevista exigiendo su privacidad. Vaya, es una dama. Pero la madre de Paulette tiene todo el derecho a contradecirse, pues acaba de pasar por un trance por el que quién sabe cómo reaccionemos todos nosotros.

También tiene el derecho a no llorar o a hacerlo en el momento menos esperado, tiene derecho a mirar fijamente, tiene derecho a retrasar sus respuestas y tiene todo el derecho a contestar lo que le pegue en gana, principalmente en un programa de televisión cuya una validez es mostrar lo que está pasando al público y, en muchos casos, ya lo vimos, el chisme.

Si Lissette está mal de la cabeza, si se contradice, si no tiene sentimientos y si hizo cosas que la hacen sospechosa de asesinado, le corresponde decidirlo a una serie de especialistas para que al final un juez final defina si es culpable.

No nos toca a nosotros ni como sociedad ni como medios de comunicación.

Lo que hemos visto ha sido una vergüenza.

jueves, 1 de abril de 2010

Paulette


Alguien me preguntó: “¿por qué tanto interés en el caso de esta niña?”

Yo respondí: “porque era rica”. Y bueno, esa no es la sola verdad pero es un ingrediente al gran teatro mediático que estamos viendo de un terrible caso.

¿Cuáles son los ingredientes que faltan?

  • Una víctima mortal, mientras más indefensa, más estrujante.
  • Unos padres sospechosos que, como se ha puesto, de moda, están arraigados.

  • Una familia bien, ¿qué tal del Estado de México?

  • Una procuraduría que vaya dando los “avances” y “logros”.

En este caso del que todos hablan, qué triste y qué lamentable que se trate como un asunto como muchos de otras procuradurías que están en las ocho columnas con temas como la venta de bebés en hospitales clandestinos.

Qué bien si la procuraduría de Alberto Bazbaz, aprovechando los reflectores, trabaja, avanza, investiga y presenta resultados convincentes.

Sería un punto a favor del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Y mientras, nosotros cuidemos a nuestros hijos, no nos separemos de ellos y evitemos ser víctimas de un caso tan lamentable como el de la niña Paulette, Paulet o “Polé”, como se pronuncia en francés.

No son mediáticos, pero hay muchos casos a la semana.