miércoles, 7 de octubre de 2009

La realidad que no cuadra


El informe que presentó el procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera, ante la Asamblea Legislativa, y los datos que proporcionó ayer en una mesa de trabajo a senadores, son harto optimistas.

Ahí van unos ejemplos: Las cifras del funcionario hablan de que en esta ciudad los delitos cayeron 2.3 por ciento entre 2000 y 2008, pese a que a nivel nacional las conductas ilícitas se incrementaron 9.3 por ciento.

También dijo que en cuestión delictiva, el Distrito Federal ocupa el lugar número siete, en homicidios el 22 y en violación el casillero número 13.

No explicó qué lugar ocupa la capital en robo de autos pero dejó bien claro que este delito “ha disminuido” a pesar de la realidad económica y a que se ha incrementado el parque vehicular.

Con otras cifras que no son muy claras, trató de explicar también que la eficiencia en consignaciones y procesos de presuntos delincuentes ante juzgados penales, hay una eficiencia de 86.74 por ciento.

Estos datos son alentadores pero contrastan o pueden ser mirados de manera diferente con otra información de contexto o con cifras interpretadas desde puntos de vista distintos.

Revisemos ahora las cifras que el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) dio en agosto pasado como parte de su Sexta Encuesta Nacional sobre Inseguridad, referente al DF y el Estado de México.

El organismo civil señala que la mayor prevalencia delictiva en zonas urbanas, se encuentra justo en el Distrito Federal y en Chihuahua, donde la violencia por narcotráfico se desbordó desde hace ya varios meses.

En la entidad mexiquense, mientras tanto, 44 por ciento de los delitos se cometen a mano armada, por lo que ha desplazado del primer lugar a Guerrero.

Aquí podemos cruzar datos y quedarnos con las cifras que se acerquen más a nuestra realidad y a nuestra percepción.

Como dato para añadir a estos reportes, el especialista en temas penitenciarios, Alejandro Carmona Prantl, quien hoy es subprocurador de Toluca, reconoció a El Universal que los delitos cometidos por jóvenes no se ha incrementado en los últimos años; no obstante, hoy los adolescentes cometen actos “más agresivos y sanguinarios”, al punto de que “pueden rayar en la crueldad”.

Entonces a estos muchachos que roban a mano armada las situaciones se les salen de control y llegan hasta a matar.

Como parte de nuestro contexto para agregar a ese baile de de números, consideremos también que delitos aislados pero de muy alto impacto social como las ejecuciones –muy frecuentes a últimas fechas sobre todo en el Estado de México- o casos como el del asesino del metro Balderas, no pueden percibirse en las estadísticas.

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