miércoles, 23 de septiembre de 2009

La línea entre la solidaridad y el miedo


Las opiniones en la calle y los comentarios en los blogs a la noticia de Luis Felipe Hernández Castillo, asesino del metro, son como muchos temas, polarizados.

Ellos se refieren principalmente a la parte que más se difundió y sobre la que los medios de comunicación hicieron más comentarios para enaltecer la figura de un “héroe” ciudadano: el momento en el que un civil, Esteban Cervantes Barrera, se enfrentó con el “loco” armado y en su intento por contenerlo, murió a balazos.

Tras un despliegue informativo en el que se mostró incluso el video en el que detalladamente se pudo observar cómo ocurrió el crimen, las voces del teleadutorio, de vecinos, de oficinistas, de amas de casa y de estudiantes fue de coraje, pues cómo es posible que nadie de entre los cientos de pasajeros de un convoy del metro lleno, se haya acercado para también someter al criminal.

Los blogs dan cuenta de ello. Comentarios como “qué poca sensibilidad”, “¿por qué nadie se acercó a ayudar a este pobre señor?” o “¿en qué nos hemos convertido?” pulularon en las páginas electrónicas de diarios como Reforma y El Universal, en las que la crítica a la pasividad ciudadana fue enorme.

La escena tomada por las cámaras del metro es clara. Los vagones del tren estacionado en la estación Balderas estaban repletos, era hora pico, pero absolutamente nadie salió a “poner orden” y echarle la mano a quien más tarde se supo que era soldador y que vivía en una de las zonas más pobres de la metrópoli: Valle de Chalco.

Ese trabajador, Esteban Cervantes, cual policía, fue el único que trató de contener al hombre que acababa de matar a un agente policiaco real tras llamarle la atención por realizar unas pintas de protesta en las instalaciones del transporte público.

“No hubo solidaridad”, fue el comentario en las calles, haciendo eco a los mensajes de los blogs.

Pero en corto, platicando en casa o con los amigos, y de pronto tímidamente a través de esos mismos espacios por Internet, comenzó a surgir otra postura diferente de los ciudadanos. ¿Quizá más razonada?

“Este hombre se quiso hacer héroe, ¿para qué?”, comentó Leticia R. “¿Estaríamos dispuestos a perder la vida por un asunto de solidaridad?”, completó en un espacio digital la misma persona.

Por ahí apareció un “qué tonto es este señor, ¿nunca pensó en sus hijos?”, o la pregunta de “¿un héroe para qué, para defender a quién?”

Total, nadie está contento.

Pero lo cierto es que este ejemplo debe trasladarse a cualquier otro caso en el que nosotros, que hemos insistido en la acción ciudadana en el tema de seguridad, nos enfrentemos en la vida real.

¿Hasta qué punto seremos capaces de ayudar si vemos un asalto o una agresión a golpes?

¿Es nuestra obligación intervenir físicamente para tratar de someter a quien agrede a otro ciudadano?

¿Se ve mal que demos la vuelta a la esquina cuando observemos que hay una víctima de la delincuencia?

¿Somos malos ciudadanos si nos hacemos los desentendidos ante situaciones de este tipo?

¿Y si en lugar de intervenir directamente buscamos alguna opción como llamar a la Policía?

Nuestro deber y responsabilidad civiles son muy grandes, pero un tema tan brutal como el del asesino del metro nos debe hacer pensar qué papel podemos jugar si nos toca ser testigos.

¿Tú qué hubieras hecho en el lugar del señor Esteban Cervantes?

2 comentarios:

  1. De entrada, ante el tema planteado, ¿la población se encuentra preparada para enfrentarse a un hombre armado?
    Se supone que las corporaciones policíacas lo están, pero en México eso es cercano a nada.
    Hablo desde una posición en la cual he entrenado artes marciales desde los 16 años, y ni por error se me ocurriría lanzarme contra una persona armada y que se encuentra en alerta.
    Por eso repito: en serio piensan que la población con sobrepeso, sin contar con algún tipo de entrenamiento, puede enfrentarse a personas armadas.
    Antes bien, agradezcamos que sólo lo mató a él, ya que pudieron caer más víctimas como respuesta a este ataque.

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  2. Yo tengo una respuesta a la pregunta planteada... es tan ineficiente el sistema judicial mexicano que al policía que le vacía su arma a un asaltante es procesado y cesado de funciones por homicidio... en el mejor de los casos éste sale libre pero el análisisi de los medios y la CNDH es que fue abuso de poder... NO ES POSIBLE que en este país el cometer un homicidio se persiga por oficio aún cuando éste haya sido para proteger la vida misma... a lo que nos estan esquinando es que la gente tome la justicia por su propia mano, ¿porque?... si matas a un tipo que se mete a robar a tu casa estas cometiendo un delito y te sale un dineral salir del proceso por lo tanto... yo concluyo... compras un arma... si se meten a robar a tu casa, te lo revientas... guardas sus restos en una bolsa de plástico, lo botas en una barranca y te olvidas del tema... seguramente los encargados de la seguridad pública le mandarán la responsabilidad a un grupo de 'delincuencia organizada' o 'rendición de cuentas' y te evitas los miles de pesos y pedos del sistema de justicia mexicana.

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