lunes, 17 de agosto de 2009

Un grupo para dar confianza

Un año después de que el secuestro volviera a ser una preocupación para las autoridades a partir de los plagios y asesinatos de los jóvenes Fernando Martí y Silvia Vargas, ya la ciudad de México cuenta con su Fuerza Antisecuestros (o FAS, como decidieron llamarle), un grupo especializado con una concepción diferente a las corporaciones que antes se supone también se habían creado para perseguir, investigar y evitar este delito.

Con 87 agentes certificados, la nueva unidad investigadora, dependiente de la Procuraduría capitalina, es la primera en el país que cubre varios protocolos que deberán seguir el resto de las que serán creadas –por exigencias de la Procuraduría General de la República- para poder operar. La certificación respondió a pruebas de control de confianza, toxicológicas y de manejo de crisis.

Asimismo, la FAS opera a partir de cuatro subgrupos especializados en tareas muy específicas. Es decir, hay agentes que solamente negocian, otros son especialistas en tiro y participan en los rescates, otros más hacen investigación de campo y el resto realizan labores de inteligencia. Esto permite, dicen, mejores resultados en menos tiempo.Todos ellos son los argumentos que da Miguel Ángel Mancera y su gente para anunciar con bombo y platillo el inicio de operaciones de su unidad especial, cuyas instalaciones con tecnología de punta se localizan en Azcapotzalco.

La pregunta que surge ahora es ¿verdaderamente todos nosotros podremos confiar en la flamante FAS y a partir de hoy denunciar este tipo de delitos con toda libertad? No olvidemos que invariablemente todas las organizaciones dedicadas a secuestrar que han sido desmembradas, eran solapadas y hasta encabezadas por agentes policiacos.

Por ejemplo, para la organización conocida como “La Flor”, señalada como la responsable de plagiar y matar al joven Martí, trabajaba la policía Lorena González, integrante de un área especial supuestamente creada para combatir el secuestro dentro de la Agencia Federal de Investigación (AFI). También en su momento, por cierto, las tareas de la dependencia federal también fueron dadas a conocer con bombo y platillo.

Y con esquemas similares –con el apoyo de policías locales, federales, preventivos, judiciales, de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y todos lo que se nos ocurran- trabajaron los hermanos Arizmendi , los violentos pupilos de Andrés Caletri o nuevas bandas que se siguen reproduciendo como “Los Chiconcuac”, en el Estado de México.

Con la creación de la FAS, que irá multiplicándose en el resto de las entidades a partir de la formación de otras fuerzas antisecuestros idénticas al parecer, las autoridades de los diferentes niveles de gobierno tratan de fortalecer sus campañas en pro de la denuncia e intentarán desprestigiar a abogados y grupos de negociadores particulares bajo el argumento de que a estos les interesa más el dinero que la integridad de las víctimas.

¿Les hacemos caso?

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